Pulsera Tenis

Un golpe de suerte

Hay joyas que nacen en talleres y otras, curiosamente, en una cancha de tenis. La pulsera tenis se volvió famosa gracias a un inesperado episodio durante un partido del US Open de 1987. La protagonista fue Chris Evert, una de las tenistas más reconocidas de la época, que en pleno juego perdió su delicada pulsera de diamantes. Detuvo el partido para buscarla, y desde entonces el accesorio pasó a ser conocido como tennis bracelet.

Más allá de esa historia, su popularidad se explica por su equilibrio entre lujo y sencillez. Es una pieza versátil, con la sofisticación suficiente para una gala, pero también la sutileza necesaria para acompañar un look diario. Cada diamante está cuidadosamente montado, creando un brillo continuo que simboliza constancia, fuerza y movimiento: las mismas cualidades que definen a una atleta.

Hoy, la pulsera tenis es un clásico atemporal. Se lleva sola para un toque minimalista o combinada con otras pulseras para un estilo más moderno. Nació de un descuido, pero sobrevivió como un ícono. Una joya que une el mundo del deporte con el de la elegancia, recordándonos que la belleza también puede surgir de lo imprevisto.

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