Rolex: cuando la innovación desafió al tiempo

Del reloj de bolsillo al símbolo de precisión y elegancia

Hace poco más de un siglo, el reloj de pulsera no era un accesorio común. En aquella época, los relojes de bolsillo eran la norma: piezas que permanecían guardadas la mayor parte del tiempo y solo se consultaban en momentos puntuales. Sin embargo, una marca se atrevió a cambiar esa costumbre y transformar la manera en que el mundo entendía el tiempo.

Rolex nació con una visión clara: crear relojes prácticos, confiables y elegantes, capaces de acompañar a las personas en su día a día. Esa búsqueda constante de innovaciones tecnológicas dio origen a uno de sus mayores hitos: el Oyster Perpetual, el primer reloj de pulsera hermético y resistente al polvo, el sudor, el calor, el frío e incluso la nieve.

La historia de Rolex se unió al espíritu humano de superación en 1927, cuando la nadadora británica Mercedes Gleitzecruzó el Canal de la Mancha con un Oyster en su muñeca. Al finalizar la travesía, el reloj seguía funcionando a la perfección, demostrando que la excelencia técnica podía ir de la mano con la aventura y la perseverancia.

Desde entonces, Rolex no solo representa precisión y lujo, sino también la unión entre ingeniería y logro humano. Cada reloj cuenta una historia de desafíos conquistados y tiempo bien vivido.

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