Pequeñas reglas de oro (y platino)

10 sugerencias para lucir y cuidar tus joyas todos los días

Las joyas no solo completan un look: también reflejan estilo, personalidad y momentos especiales. Saber cómo usarlas y cuidarlas puede hacer una gran diferencia en su brillo y duración. A continuación, te compartimos diez consejos prácticos —y algunos secretos de estilo— para que tus piezas luzcan siempre impecables.

1. Combiná oro y platino.
Lejos de lo que muchos creen, mezclar metales está totalmente permitido. El contraste entre el brillo cálido del oro y la elegancia fría del platino crea un efecto moderno y sofisticado.

2. Aprovechá el invierno.
Las prendas de cuello alto o tejidos gruesos son el escenario perfecto para lucir collares largos o piezas más llamativas. Las joyas se destacan sobre colores neutros y texturas suaves.

3. Mantené tus piezas limpias.
Pasá un paño seco y suave después de cada uso. Así eliminás restos de cremas o perfume y prolongás el brillo original.

4. Evitá el contacto con agua y productos químicos.
El mar, la pileta o incluso el sudor del ejercicio pueden dañar el metal y las piedras. Quitate las joyas antes de esas actividades para conservarlas en perfecto estado.

5. Jugá con las capas.
Superponer cadenas finas de distintos largos o combinar aros de diferentes tamaños puede transformar un look sencillo en algo único.

6. Elegí joyas que acompañen tu tono de piel.
Los tonos dorados resaltan en pieles cálidas o bronceadas; los plateados o de platino, en pieles más claras o rosadas. Pero lo más importante: usá lo que te haga sentir bien.

7. Guardalas correctamente.
Usá estuches individuales o bolsitas de terciopelo. Así evitás rayaduras y mantenés el brillo intacto por más tiempo.

8. Prestá atención al equilibrio.
Si usás un collar llamativo, optá por aros más discretos, y viceversa. Las joyas deben acompañar tu presencia, no competir con ella.

9. Revisalas cada tanto.
Chequeá los cierres, engarces y broches, especialmente en piezas con piedras. Un mantenimiento a tiempo puede evitar pérdidas o roturas.

10. Hacelas parte de vos.
La mejor joya es la que se usa. Llevá tus piezas con naturalidad, combinalas, disfrutalas y dejá que hablen de tu historia.

Cuidar tus joyas no es solo una cuestión de mantenimiento: es una forma de preservar la emoción que representan. En cada brillo hay un recuerdo, y en cada cuidado, la promesa de que seguirá acompañándote por muchos años.

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